¿Debo comprar o alquilar?

Cuando nos toca decidir si alquilar o comprar nuestro nuevo hogar, hay muchas cosas a tener en cuenta. Ambos tienen sus ventajas y desventaja.

Alquilar es pagar una cantidad mensual a alguien para vivir en una propiedad que no es tuya. Puedes mudarte con mucha facilidad y no tendrás que preocuparte por las reparaciones o mantenimiento de la propiedad (si el contrato así lo especifica). Sin embargo, no podrás reformar la propiedad a tu gusto. Además, los alquileres, que su precio varia dependiendo de lo que quiera el propietario, pueden subir con el tiempo, lo que significa que tu pago mensual podría aumentar significativamente en el futuro, sobre todo estos precios suelen aumentar en malas épocas económicas, lo cual no ayudará a nuestra situación en el momento.

Por otro lado, comprar una propiedad significa tener un lugar que es completamente tuyo. Puedes reformarlo y decorarlo al 100%. Además, a medida que pagas tu hipoteca (que es el préstamo para comprar una casa), estás construyendo lo denominado valor neto (que es el valor de la propiedad que queda después de restar cualquier préstamo hipotecario o deudas atadas a un bien). Sin embargo, también tendrás que pagar esta hipoteca (la cual necesita, al menos, una entrada del 20% del valor de la propiedad) y gastar dinero en reparaciones y mantenimiento. Es importante tener en cuenta que comprar una casa es una gran responsabilidad financiera, y es importante estar seguro de que se tiene los recursos financieros para hacerlo antes de tomar la decisión.

Otra cosa a tener en cuenta es el tiempo que estarás en el mismo sitio. Si estás seguro de que te quedarás en un lugar por un largo tiempo, comprar puede ser una buena opción, ya que podrás pagarlo tranquilamente todo. Sin embargo, si no estás seguro de dónde te quedarás a largo plazo o si tu trabajo puede hacer que te mudes o traslades con frecuencia, alquilar puede ser una mejor opción, ya que te permite mudarte con mayor facilidad y no depender de un pago recurrente de una propiedad que no vas a usar.

En cuanto a las ventajas fiscales, el ser propietario de una vivienda tiene algunas ventajas fiscales. Una de las más importantes es la deducción de los intereses hipotecarios. Los intereses de la hipoteca de una vivienda principal son deducibles de impuestos ( esto significa que se puede restar a nuestros ingresos brutos), lo que puede ayudar a reducir el monto total de impuestos que debes pagar. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esto puede cambiar dependiendo de las regulaciones fiscales en tu país o lugar de residencia.