Los principios contables

Los principios contables son una serie de guías y reglas que se utilizan para establecer y mantener los registros financieros de nuestra empresa o entidad. Además están diseñados para asegurar que nuestros estados financieros sean precisos, confiables, comparables y útiles para la toma de decisiones. Los principios contables son importantes porque ayudan a garantizar que las empresas informen de manera coherente y precisa sobre sus actividades financieras y, por lo tanto, ayudan a aumentar la transparencia y la confianza en el mundo de los negocios. A continuación vamos a ver los principios financieros más importantes:

Principio de empresa en funcionamiento

Supongamos que una empresa seguirá operando para siempre y que sus activos se seguirán utilizando para generar ingresos. Esto, que parece tan raro, es excesivamente importante en la contabilidad porque nos permite valorar los activos de una empresa en función de su capacidad para generar beneficios.

Bajo este principio, los activos de nuestra empresa se valoran en función de su valor de uso, es decir, por su capacidad para generar ingresos en el futuro, en lugar del valor que tiene en el mercado. Esto significa que si una empresa tiene un edificio que actualmente no tiene un alto valor de mercado, pero que se espera que genere ingresos en el futuro, se valora por su capacidad para generar ingresos, no por el precio por el que se puede vender hoy.

Este principio además es muy importante para los inversores, ya que el valor de una empresa en el mercado suele ser diferente al valor contable de la misma. Este valor contable nos dirá el valor futuro de la empresa, no el presente.

Principio de devengo

Los hechos económicos que ocurran en nuestra empresa se apuntarán en nuestra contabilidad en el momento en el que éstos ocurran, independientemente de si se ha recibido o pagado el dinero o no. Este principio se utiliza en la contabilidad para asegurarse de que los ingresos y gastos se registren en el período contable en que se generaron, independientemente de si el efectivo ha sido recibido o pagado.

Por ejemplo, si nuestra empresa presta un servicio, o vende un producto, a un cliente, el ingreso correspondiente a esta venta se registra en el momento en que se prestan los servicios, aunque hayamos acordado que lo pagará más adelante. De la misma manera, si una empresa recibe una factura de un proveedor, los gastos se registran en el momento en que se recibió la factura, aunque lo vayamos a pagar más adelante.

El principio de devengo es esencial para tener una imagen precisa de la situación financiera de una empresa en un momento dado, ya que tiene en cuenta tanto los ingresos como los gastos que aún no se han pagado o recibido en efectivo.

Principio de uniformidad

Este principio nos dice que nuestra empresa debe utilizar, siempre, los mismos métodos contables y criterios de valoración a la hora de preparar su estados financieros, de esta manera se asegura el poder comparar periodos contables y nuestra empresa entre las demás empresas.

Debemos utilizar los mismos criterios contables de un ejercicio a otro, a no ser que se produzca un cambio en las circunstancias o en la normativa contable que justifique un cambio en dichos criterios. De esta forma, se asegura que los estados financieros de una empresa reflejan de manera veraz y consistente la realidad económica de la empresa en distintos periodos, lo que permite que los inversores y gerentes tengan la información financiera necesaria para que puedan realizar comparaciones útiles y tomar decisiones informadas.

Además, también establece que debemos revelar de manera clara y concisa cualquier cambio en los métodos contables o criterios de valoración que hemos utilizados, y tenemos que indicar el impacto que estos cambios tienen en nuestro estado financiero. Esto es importante para que los inversores y gerentes puedan comprender los cambios realizados y ajustar sus análisis y decisiones en consecuencia.

Principio de prudencia

Busca que nuestros estados financieros reflejen una imagen fiel y veraz de la situación financiera y resultados de nuestra empresa. En caso de que tengamos dudas sobre el valor de un activo o el de un pasivo, debemos ser prudentes y valorarlos de forma conservadora. Debemos elegir el valor más bajo que sepamos cuando se trate de un activo, y el valor más alto cuando nos refiramos a un pasivo, para así tener un margen de error más amplio.

Es mejor que seamos conservadores en la contabilidad para evitar exagerar los resultados y evitar que nuestros estados financieros puedan ser poco precisos. Por ejemplo, si una empresa tiene préstamos y hay dudas sobre la capacidad de los deudores para pagar sus deudas, se debe aplicar el principio de prudencia y reconocer una pérdida estimada en los estados financieros, incluso si la empresa todavía no ha incurrido en una pérdida real. De esta manera, se asegura que los estados financieros sean más precisos y reflejen mejor la situación financiera real de la empresa.

Principio de no compensación

Este principio establece que las operaciones de ingresos y gastos, activos y pasivos, no se pueden compensar o compensar entre sí, a menos que se permita o exija específicamente por una norma contable o por una ley. Es decir, no podemos mezclar o compensar diferentes tipos de transacciones financieras para presentar una imagen más favorable de su situación financiera.

Por ejemplo, no se puede compensar un ingreso con un gasto, ya que son dos transacciones financieras diferentes y no pueden ser tratados como uno solo.

Este principio también se aplica a las transacciones entre diferentes períodos contables. Por ejemplo, una empresa no puede compensar los ingresos de un período anterior con los gastos de un período posterior, ya que son transacciones de diferentes períodos contables y deben ser registradas por separado.

Esto se hace ya que si pudiéramos compensar estos activos y pasivos entre sí, las empresas podrían presentar información financiera engañosa y poco clara, lo que podría afectar la toma de decisiones de los inversores, analistas y gerentes.

Principio de importancia relativa

Nos dice que la información que tiene un impacto significativo y directo en la toma de decisiones de los gerentes o inversores debe ser registrada y presentada en nuestros estados financieros, mientras que la información de menor importancia puede ser ignorada o presentada de manera resumida.

La importancia relativa se evalúa dependiendo de la cantidad, teniendo en cuenta la magnitud y la naturaleza de la información en cuestión. Por ejemplo, una transacción de 1,000 dólares puede ser importante para una pequeña empresa, mientras que una transacción de 1 millón de dólares puede no ser significativa para una empresa mucho más grande.

Si se aplica correctamente puede ayudar a garantizar que los estados financieros sean claros, precisos y relevantes.

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